Con gran pesar anunciamos el retiro de Merryl Klein después de 24 años de extraordinario servicio a Spence-Chapin.
Merryl comenzó a trabajar para Spence-Chapin en agosto de 1989 como directora del departamento de cuidado infantil. En 1994, la organización se enfrentó a una situación en la que un bebé fue abandonado bajo su cuidado y se le diagnosticó SIDA. Al no querer colocar a este niño en un hogar de acogida, que era la práctica común en ese momento, Merryl pudo encontrarle un hogar al bebé en Texas con una enfermera pediátrica especializada en atención del SIDA. Fue a partir de esta experiencia que Merryl, y luego la directora ejecutiva Kathy Legg, desarrollaron un programa piloto para encontrar hogares para bebés difíciles de ubicar.
Merryl dirigió este programa, acertadamente llamado Un Programa Especial de Adopción (ASAP), y siguió siendo una parte integral de él durante su mandato en Spence-Chapin. Lo que comenzó como un programa piloto ideado por Merryl es ahora la base de la misión de Spence-Chapin en la adopción nacional actual.
Desde 1995, el programa nacional de necesidades especiales de Spence-Chapin ha colocado a más de 300 bebés con familias amorosas. Estos bebés provienen de diversos orígenes y tienen una variedad de problemas que van desde riesgo de retrasos en el desarrollo hasta afecciones médicas graves. En 2011, la senadora Kirsten Gillibrand reconoció nuestra lo antes posible los esfuerzos del programa al honrarlo con un Instituto de la Coalición del Congreso sobre la Adopción Ángel en adopciónPremio ™.
Si bien valoramos los extraordinarios logros de Merryl en el campo de la adopción, es su sincera dedicación a los niños y sus familias lo que nos hace admirarla más. A lo largo de su estancia en Spence-Chapin, Merryl ha brindado cuidado y atención atentos y personalizados a cada niño y familia con los que ha trabajado. Además, aborda su trabajo con la máxima pasión y compromiso.
A medida que la organización pasa a centrarse en los niños más necesitados de sus familias (niños mayores, sus hermanos y niños con necesidades especiales), Merryl ha sido un firme partidario sabiendo bien que, ahora más que nunca, la lo antes posible El programa generará una conciencia aún mayor.
Merryl y el trabajo que ha realizado en Spence-Chapin son una inspiración para sus compañeros de trabajo, muchos de los cuales la consideran una mentora con una riqueza infinita de conocimientos. Le deseamos la mejor de las suertes en todos sus proyectos futuros; No tenemos ninguna duda de que marcará una diferencia positiva dondequiera que vaya.